Varios ya han escrito haciendo las respectivas aclaraciones sobre el significado bíblico de los términos griegos Logos y Rema; básicamente es necesario hacer hincapié en que lingüísticamente no existe otra implicancia con estos vocablos que el hecho de ser sinónimos intercambiables cuyo significado de “Palabra” se aplica tanto en lo general como en lo específico y personal de la comunicación de Dios con sus criaturas. Los diferentes versículos bíblicos donde podemos apreciar la presencia de dichos términos están asociados a contextos diversos donde la Palabra de Dios dirime las situaciones y experiencias, y es notorio que una supuesta diferencia de significado en estos dos vocablos griegos no existe realmente. Hace algo más de cuatro décadas que empezó a circular esta errada idea de que Logos aludía a la Palabra de Dios en general y escrita, mientras que Rema se refería a una Palabra de Dios específica y directa al individuo humano, creando con esto una categorización peligrosa y carente de sustento bíblico sobre el concepto de la Palabra de Dios. Siendo que esta línea de pensamiento errado sirve de plataforma para tendencias y énfasis que se distancian de una exegesis seria y saludable.

Según quienes han popularizado ese tipo de explicaciones, no basta con la Palabra de Dios (logos), sino que el creyente debe buscar una Palabra de Dios (rema) para acercarse más a la voluntad de Dios.

Podríamos revisar varios textos bíblicos donde es evidente que el significado de logos y rema son exactamente sinónimos y usados indistintamente refiriéndose siempre a la misma categoría si se quiere, de Palabra de Dios. Pero creo que basta con observar un solo texto bíblico que en su contexto inmediato y general nos da luz más que clara, para comprender que la Palabra tanto al usar el término rema como logos se refiere a lo mismo, llevándonos fuera de la subjetividad con la que algunos quieren explicar sus contenidos.

Hebreos 4:12

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

En este texto, se usa el vocablo Logos para referirse a la Palabra de Dios, y es evidente así como contundente lo que expresa en relación al impacto de la Palabra de Dios en la vida de un individuo; salta a la vista que la Palabra del Señor es más que suficiente para transformar la vida de una persona porque es Palabra que sale de la boca de Dios. Querer insinuar siquiera que la Palabra (logos) no es suficiente para impactar al individuo quien necesitaría una Palabra (rema), contradice y distorsiona completamente lo que este versículo expresa. Decir que se necesita una Palabra (rema) para tener un impacto más cercano con Dios, porque la Palabra (logos) es general y al parecer más distante, es desconocer y contradecir lo que este texto y la biblia entera enseña. En realidad es una herejía.

Las explicaciones subjetivas y poco exegéticas de quienes promueven este tipo de falsa enseñanza no pueden prevalecer contra la fuerza de la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios.

Para lingüistas expertos no existe diferenciación alguna en la semántica de dichos vocablos griegos que aunque provienen de distintas raíces emiten exactamente el mismo significado. Ya sea logos o rema, la Palabra de Dios es poder de Dios en la misma intensidad y funcionalidad. Nos toca ser cuidadosos y serios en lo que aprendemos y enseñamos; trazar bien la Palabra de verdad es nuestra responsabilidad ante el Señor, quien nos ha puesto como ministros en medio de esta generación.

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