Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, 
a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; 
sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. 
Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aún Abraham el patriarca dio diezmos del botín. 

En estos versículos podemos ver tres aspectos importantes. En principio, sobre Melquisedec debemos entender que esta es una presencia del Señor Jesucristo, en este pasaje representa a Jesucristo que no tiene principio de días, que es eterno, es Dios. Melquisedec significa mi rey es Justo. Este nombre solo se le podría dar al Señor Jesús, es el único que tiene impregnada en su ser la justicia, es justicia, particularmente tenemos que pensar en la doctrina de la justificación. Lo que se nos dice de él es una descripción del Señor Jesucristo. Los datos que se nos suministran son contundentes. Salem es una antigua forma de denominar a Jerusalén, en las figuras bíblicas esta ciudad representa a la ciudad espiritual de la que formamos parte todas aquellas personas que hemos nacido de nuevo, hemos sido redimidos por el Señor. Una ciudad espiritual donde las personas salvadas son los ciudadanos está representado en la biblia por la ciudad física y geográfica de Jerusalén.  Melquisedec es el rey de Salem. Que otro rey puede haber en la ciudad de Dios sino el señor Jesucristo, no pueden haber dos reyes. Luego se refiere a él como el sacerdote, quizá es bueno entender las funciones de un sacerdote. Habían dos figuras en el antiguo testamente: los profetas y los sacerdote, el primero tenía la función de transmitir las palabras de Dios al pueblo, mientras que la función del sacerdote era a la inversa, el llevaba las palabras o acciones del hombre hacia Dios. Es decir el sacerdote era el canal a través del que el ciudadano llegaba a la presencia de Dios. Por eso es muy importante que en nuestras iglesias el día de hoy no tenemos un sacerdote que oficie en medio nuestro, por la sencilla razón de que cada creyente, cada persona que ha recibido el espíritu de Dios es un sacerdote y está habilitado totalmente para acceder a la presencia del Padre directamente sin necesidad de otra persona que le sirva de canal pues el mismo es un sacerdote.

Una de las principales funciones del sacerdote en el antiguo testamento era la de oficiar los sacrificios de animales, entonces la persona que había pecado llevaba según las reglamentaciones un animal perfecto para ser sacrificado, siendo esto una figura de lo que más adelante iba a suceder cuando Jesús el cordero de Dios iba a ser sacrificado en la cruz del calvario.

Mesquisedec es llamado sacerdote del altísimo evidenciando su identidad con el Señor Jesucristo quien se constituye nuestro sumo sacerdote habiendo oficiado el mayor sacrificio del universo por nuestros pecados. El rol  sobre la tarea de expiación que se le atribuye  Melquisidec es la obra de expiación de Jesús en la cruz.

Rey de Salem nos recuerda al saludo hebreo Shalom que es la misma expresión. Es un deseo de bienestar y tranquilidad que una persona lanza hacia otra. La paz con Dios y la paz con el prójimo.

Si melquisedec representa a Jesús en esta historia, Abraham representa al creyente. Mientras que Melquisedec la figura de Jesús se presenta con cualidades divinas y perfectas en los pasajes en los que aparece en la biblia, Abraham se presenta como un hombre bueno pero con muchos defectos y pecados que fue superando durante toda su vida. Podemos encontrar varios pasajes en la biblia en las que se evidencia estas falencias en la vida de Abraham, sus mentiras, tomó decisiones equivocadas, su notoria incredulidad cuando es cómplice con Sara al pretender ayudar a Dios a procrear un hijo con Agar desconociendo la promesa de que Dios le daría un hijo con su esposa Sara, etc. Abraham padre de Isaac y abuelo de Jacob de quien descendían las tribus de Israel, no hay otro referente más grande para los hebreos humanamente hablando que Abraham. Para nosotros los creyentes Abraham en la biblia se constituye para nosotros un padre, el padre de la fe, somos descendientes de abram no racial o biológicamente sino espiritual, somos descendientes de él porque la fe que profesamos habitaba en él también. Abran nos representa como creyentes que somos pues es igual a nosotros con desobediencias y negligencias con conductas inapropiadas, es por eso que nos representa, pero al mismo tiempo representa esa tendencia de nuestra nueva naturaleza que va creciendo de poco a poco en la fe y en la obediencia, y que por obra del Espíritu de Dios el creyente es alguien que va desarrollándose creciendo hacia la estatura del Señor Jesucristo. Abran tuvo conductas y decisiones buenas en mayor proporción que los errores antes mencionados. Lo vemos en instancias de su fe obedeciendo la orden de sacrificar a su hijo, y cuando el muchacho pregunta dónde está el cordero, el espíritu puso en su boca la respuesta diciendo Dios proveerá. Lo vemos cuando con su sobrino Lot tienen que separarse y escogen el territorio donde morarían. Lot siendo menor, le falta el respeto como sobrino y elige aquella parte hermosa y una llanura verde irrigada por ríos y lagunas, dejando a Abraham con los terrenos agrestes, áridos y rocosos. Pero Abram no se hizo problemas y acepto las cosas como venían pues confiaba en el Señor. Luego a Lot le salió cara la elección pues en ese valle estaban luego las ciudades de Sodoma y Gomorra que por su pecado fueron destruidos, Los es comprometido con ellos pero también en un determinado momento los reyes más de diez, lo toman como prisionero, es allí que abran desprendido de rencores y egoísmo arma un ejército para liberar a Lot, aunque este no lo merecía. Abraham lo libera y zaquea las ciudades de los enemigos como era la costumbre en ese entonces. Es allí que Abraham se encuentra con Melquisedc y al reconocer que se trataba de la presencia del altísimo Dios entonces le entrega el diez por ciento de todos los tesoros obtenidos en la batalla. Aquí vemos la primera acción de diezmar. Representando al creyente que espontáneamente entrega al Señor Jesús el diezmo de lo que ha ganado en un determinado periodo de tiempo o evento. Es interesante recordar que en la simbología bíblica de los números, el diez es el número de totalidad, de lo completo. De la misma manera que el siete es el número de la perfección, y el cinco el número de la gracia, o el ocho el número asociado con la obra salvadora de Jesús; el diez aparece varias veces en la biblia siempre representando totalidad, ej. Los diez mandamientos, las diez plagas, los diez reyes, los diez leprosos, las diez vírgenes, etc. eso quiere decir que cuando un creyente entrega al Señor, a la obra del Señor el diez por ciento de lo que ha generado de ganancias, entonces está entregado todo al Señor, eso es lo que representa. Y esta es una acción espontanea que sale del alma, y no se hace por obligación o negociación. Todo esto nos recuerda que el diezmo no es una práctica proveniente de la ley de Moisés, que en el tiempo de Abraham aun no existía, luego nos enseña que es un asunto de prioridad y primacía, pues cuando un creyente practica el diezmo está diciendo con su acto que para él el Señor está en primer lugar.

Finalmente se recalca en la grandeza de Melquisedec, por supuesto no hay más grande que el Señor, y cómo Abraham que era el más grande humanamente para los hebreos se somete o inclina ante la presencia de Melquisedec. Es el creyente cualquiera de nosotros, entregándole al Señor Jesús la prioridad de nuestra vida expresada en nuestras finanzas. Es un culto de adoración al Señor.

Hoy tenemos que hacerlo a pesar de que se ha extendido una negativa fama en el mundo sobre personas y líderes que han convertido en un mercado la iglesia del señor, pues hombres amadores de sí mismos han pervertido el sentido puro de esto, enriqueciéndose a costas de las contribuciones de los fieles. Creo que el juicio del Señor ha de ser duro para quienes tergiversan y usufructúan los fondos entregados por los creyentes. Nuestro compromiso es con el Señor y su obra, se necesitan fondos para sostener la obra, para enviar misioneros, para adquirir herramientas o materiales pensando en ayudar a los más necesitados y pensando en la expansión del mensaje de salvación. Es necesario cultivar la costumbre del diezmo practicándolo por amor al Señor.

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